diciembre 25, 2024

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Lula permitió que dos buques de guerra iraníes desembarquen en Río, cortando la luna de miel con Biden

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Dos buques de guerra iraníes atracaron en Río de Janeiro este domingo después de que el gobierno brasileño les otorgara permiso a pesar de la presión de Estados Unidos para que no lo hicieran.

Después de varios días del arribo de dos buques de guerra iraníes a las costas de Brasil, finalmente el presidente de extrema izquierda Lula da Silva permitió que atracaran en el puerto de Río de Janeiro a pesar de la presión de los Estados Unidos para que se rechazara su solicitud.

Reuters había informado a principios de este mes que Brasil había cedido ante la presión de la Casa Blanca y denegó la solicitud de Irán para que los buques atracaran en Río, en un gesto de Lula que se dio días antes de su vuelo a Washington para reunirse con Joe Biden.

Sin embargo, una vez finalizada la luna de miel entre los dos mandatarios de izquierda, el presidente brasileño dio marcha atrás con la prohibición, traicionó a su nuevo aliado norteamericano y ordenó que se le permita a los barcos atracar.

El vicealmirante Carlos Eduardo Horta Arentz, subjefe del Estado Mayor Naval de Brasil, dio su aprobación para que los barcos arrimen en el puerto de Río entre el 26 de febrero y el 4 de marzo, según un aviso publicado en el boletín oficial.

Se trata de dos buques de guerra, el IRIS Makran y el IRIS Dena, que echaron ancla el domingo por la mañana, según confirmó la autoridad portuaria de Río en un comunicado, luego de que miles de usuarios en redes reportaran que buques de guerra extranjeros se veían desde las playas.

El barco militar iraní Iris Makran navega en la costa de Río de Janeiro, Brasil.
El barco militar iraní Iris Makran se arrima para atracar en el puerto de Río de Janeiro, Brasil.

Se desconoce por el momento la razón detrás del arribo de dos buques de guerra de Irán a Brasil, sin embargo, la reacción de la Embajada de Estados Unidos deja en claro algo: el régimen iraní está disputando la influencia sobre el gobierno brasileño.

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Biden apoyó fuertemente la campaña de Lula en 2022, con una colaboración desde Washington como nunca se había visto en la historia electoral reciente de Brasil. La apuesta del demócrata estaba enfocada en que Lula terminaría con el intento de Bolsonaro de consolidar la soberanía sobre su territorio, y finalmente entregaría el país a la Agenda 2030.

Pero parece que nuevamente, el Partido Demócrata apostó mal, y a tan solo dos meses de su asunción, ni bien tuvo la oportunidad para traicionar a Washington, Lula lo hizo.

Cabe recordar que para que la Marina de Brasil autorice a un buque de guerra extranjero a atracar en Brasil debe existir, previamente, la autorización del Ministerio de Relaciones Exteriores y una razón que amerite la el ingreso de fuerzas militares extranjeras al país.

En una conferencia de prensa brindada el 15 de febrero, la embajadora de Estados Unidos en Brasilia, Elizabeth Bagley, instó a Brasil a no permitir que los barcos atraquen. “En el pasado, esos barcos facilitaron el comercio ilegal y las actividades terroristas, y también han sido sancionados por los Estados Unidos. Brasil es una nación soberana, pero creemos firmemente que esos barcos no deben atracar en ningún lugar“, dijo.

Cabe recordar que en sus primeros dos mandatos como presidente, fundamentalmente durante el segundo, Lula se respaldó en la diplomacia para reforzar la posición internacional de Brasil, moviendo el enfoque de su política exterior de los países de América del Norte y Europa hacia las naciones gobernadas por la izquierda y/o por el terrorismo en América Latina, en África y en Medio Oriente.

Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva

La relación y los negociados entre Brasilia y Teherán comenzaron en 2010 cuando Lula viajó a la capital iraní para reunirse con el entonces presidente Mahmoud Ahmadinejad, mientras buscaba posicionarse como mediador en un acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos.

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Sin embargo, terminó alejándose completamente de Washington y Brasil terminó siendo el principal aliado a nivel internacional de Irán en sus esfuerzos por impulsar su armamento nuclear. El mismo Lula dijo que Irán tiene derecho a realizar “investigación nuclear con fines pacíficos”, y que no debe ser castigado por “sospechas occidentales”. Desde entonces, Irán ha refinado uranio al 60%, una tarea que solo tiene como objetivo el desarrollo de la bomba atómica.

En términos de comercio, si bien en 2004 Lula da Silva y Mohamed Jatamí, entonces presidente iraní, se reunieron en la Cumbre del G-15 realizada en Caracas y firmaron un Memorando de Entendimiento para consolidar los intercambios comerciales, las relaciones comerciales despegaron a partir de 2005 con el cambio de gobierno en Irán. El comercio en el año 2013 entre ambos países superó los dos mil millones de dólares, cifra casi cuatro veces superior a la de 2002.

Este intercambio comercial con Brasil representó el 81% de las relaciones que tenía Irán con América Latina en aquel entonces. Cabe resaltar que, históricamente, las exportaciones brasileras a Irán han sido ampliamente superiores a las exportaciones iraníes hacia Brasil.

Lula da Silva en su visita a Teherán en 2010, junto a Mahmoud Ahmadinejad

Con el pasar de los años, si bien Bolsonaro cortó completamente las relaciones políticas con el régimen teocrático, las relaciones económicas entre ambos países no se han visto mermadas.

Por ejemplo, según datos del Observatorio de Complejidad Económica, las relaciones comerciales entre Irán y países latinoamericanos del período 2018-2020 muestran que el mayor socio comercial de la República Islámica en la región es Brasil por un amplio margen de diferencia sobre el resto de los países latinoamericanos. Brasil, en 2020, tuvo el 79,7% del total de las importaciones iraníes de productos latinoamericanos, y adquirió el 96,4% de los productos que se exportaron desde Irán.

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Esto marca una clara diferenciación entre intereses políticos e intereses económicos, pues el expresidente brasilero, Jair Bolsonaro, a la par que mantenía un comercio robusto con Irán, se alineó fuertemente con Estados Unidos, fundamentalmente con la administración Trump, para combatir a Irán.

Luego del asesinato de Qassem Soleimani, general iraní del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, el 3 de febrero de 2020 ordenado por Trump, Bolsonaro se alineó con Washington. “Nuestra posición es aliarse a cualquier país del mundo en el combate al terrorismo. Sabemos lo que en gran parte Irán representa para sus vecinos y para el mundo”, dijo Bolsonaro en una entrevista con la TV Bandeirantes.

Con la llegada de Lula al poder nuevamente en Brasil, el mandatario socialista busca restaurar las relaciones políticas a la par que las relaciones comerciales. Es preocupante que una nación soberana permita el ingreso de tropas extranjeras a su país sin un fin específico, sea de Irán, Inglaterra o los Estados Unidos.

Es altamente probable que, como los vuelos de aviones venezolanos operados por iraníes que arribaron en Argentina, los buques con bandera de Teherán transportan armas ilegales, drogas y oficiales con la capacidad de entrenar a grupos subversivos.

La diferencia es que, mientras en Argentina lo estaban haciendo de manera clandestina y fueron atrapados por error, Lula y los iraníes decidieron que su arribo sea ante los ojos de todo el mundo y que el anuncio sea claro: Brasil vuelve a alinearse con el eje iraní.

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