La última vez que Chile tuvo un Gobierno comunista: Así fue el desastre humanitario y económico de Allende
8 minutos de lecturaLos horrores del socialismo que hundieron al país en la peor crisis económica de su historia. Chile sufrió un violento espiral inflacionario, recesión y desabastecimiento generalizado.
Con un Chile que nuevamente atraviesa los males de un gobierno comunista, mientras crece la aprobación del golpe militar de 1973 y el país lleva casi dos años en recesión, se hace más importante que nunca volver a analizar la peor crisis económica y humanitaria que tuvo el país andino a principios de la década del ’70.
Así como ocurrió en 2022, el Gobierno comunista de Salvador Allende tomó control del país tras ganar una elección muy apretada contra la derecha. En aquél momento, se impuso por menos del 1% de los votos contra el conservador Jorge Alessandri, y fue electo en una Segunda Vuelta que en ese momento se hacía por votación en el Pleno del Congreso.
En esa fatídica jornada, así como en la Segunda Vuelta del 2022, el Partido Democracia Cristiana traicionó a su electorado y apoyó al candidato de extrema izquierda. El año pasado, le dieron su apoyo a Gabriel Boric antes que a Kast, y el 24 de octubre de 1970, le dieron sus votos a Allende antes que a Alessandri.
Al finalizar el recuento, el Secretario de la Cámara Pelagio Figueroa anunció por el micrófono: Salvador Allende Gossens, 153 votos; Jorge Alessandri Rodríguez, 35 votos; en blanco, 7 votos. A este anuncio respondió con un grito el diputado socialista Mario Palestro: “¡Viva Chile, mierda!“.
Sin lugar a dudas, Chile se iría a la mierda. Bajo su administración, y fundamentalmente por decreto sin aprobación de un Congreso que rara vez acompañó sus medidas a pesar de que una mayoría apoyó su asunción, Allende introdujo las reformas estructurales pasar de una economía mixta que ya sufría de una fuerte intervención estatal hacia un modelo comunista centralmente planificado por el sector público.
El ministro de Economía de Allende, Pedro Vuskovic, un “brujo de la economía” análogo a José Ber Gelbard en Chile, implementó lo que se dio a conocer como “Plan Vuskovic” que implementaba una masiva socialización de la economía.
En pocos meses se adoptaron las siguientes medidas:
- Estatización de los recursos minerales del país, siendo el cobre el más importante de éstos;
- Estatización de todos los bancos extranjeros en Chile;
- Estatización de la mayor parte de los bancos chilenos y de miles de empresas privadas;
- Reforma agraria y redistribución forzosa de tierras a militantes comunistas;
- Aumento del gasto público y una masiva emisión de dinero para financiarlo;
- Reforma tributaria que llevó a la tasa máxima del impuesto a las Ganancias al 80%;
- Cuando empezó a subir la inflación, implementó un masivo y estricto control de precios;
- Estricto control de cambios, que llevó a un fuerte atraso del tipo de cambio oficial del dólar con respecto a la inflación;
- Ultra-proteccionismo: El arancel aduanero promedio aumentó al 105% y el máximo hasta el 750%.
La inflación cayó del 35,3% interanual en noviembre de 1970 al 15,5% en septiembre de 1971, durante los primeros 10 meses de aplicación del programa, pero el “verano cambiario” terminó rápidamente y la represión financiera se volvió completamente imposible de administrar.
A finales de ese año, Fidel Castro visitó Chile por tres semanas, donde junto a Allende declararon públicamente que la “revolución socialista había sido exitosa en Chile“. Durante su estadía, recorrió todo el país por casi un mes, donde se tuvieron que esconder los primers signos de desabastecimiento, en especial de azúcar.
Según reportaron años después fuentes cercanas a Allende, el líder comunista le manifestó en privado que había visto que estaban empezando a tener desabastecimiento y que le recomendaba “abandonar la vía pacífica” de la revolución. Cabe recordar que Allende fue hasta ese momento el primer político comunista del mundo que llegaba al poder por la vía democrática e institucional.
Para inicios de 1972, el desabastecimiento ya cubría la totalidad de los productos básicos en todo el país y no podía ocultarse más de los medios. Los productos que había, tenían aumentos a un ritmo del 6% mensual. Para el mes de abril, la inflación ya había alcanzado el 38%, perdiéndose así todo lo conseguido por el “Plan Vuskovic”.
El Gobierno comunista respondió por medio de la creación de las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios, cuya función principal fue el racionamiento de productos y el monitoreo de los precios “oficiales” fijados por el Estado, de la misma manera que en cualquier economía socialista de la época.
Los resultados fueron catastróficos. La represión a la inflación solo masificó las góndolas vacías en comercios y supermercados, así como la proliferación de mercados alternativos para la subsistencia. Pero aún así, la inflación no pudo controlarse.
Ese año Chile entraría en su primera espiral hiperinflacionaria: los precios se dispararon un 22,7% en agosto de 1972, un 22,2% en septiembre y un 15,2% en octubre. Para el mes de diciembre, la tasa de inflación interanual se ubicaba por encima del 163%, casi cinco veces más que la inflación recibida en 1970.
En 1973, Chile estaba bajo la peor crisis económica, inflacionaria y humanitaria de su historia. Los precios aumentaron un 10,2% en abril, 19,4% en mayo, 15,7% en junio, 17,1% en agosto y 16,9% en el último mes de gestión de Allende. El país había perdido su capacidad de producir comida y la producción de cobre se había desplomado por culpa de las estatizaciones.
El mandato de Allende finalizó con una tasa de inflación interanual 286,1% sobre los precios oficiales, pero se debe tener en consideración que la economía sufría de un importante problema de sobrante monetario que escondía una tasa de inflación mucho mayor, sin mencionar la gran distorsión sobre precios relativos (tarifas de servicios públicos, salarios, tipo de cambio oficial, etc).
Por estas razones es que el IPC se disparó más de un 87% en octubre de 1973 cuando se sinceraron los precios y la tasa de inflación oficial cerró el año por arriba del 500%.
Los salarios reales, que se habían recompuesto en una primera etapa del proceso hasta el primer trimestre de 1971, rápidamente sufrieron los efectos de la dramática inflación. Las juntas reguladoras y los controles de precios poco y nada pudieron hacer para contener tan siquiera los precios oficiales, y mucho menos los precios que se fijaban en el mercado informal.
El Gobierno anunció un aumento generalizado de suma fija sobre los salarios al cabo del primer trimestre de 1973, pero la medida fue completamente inútil y para el tercer trimestre de ese año el salario real había acumulado una pérdida del 45,4% con respecto al año 1970.
La actividad económica sufrió una fuerte recesión de la cual Chile no se recuperaría sino hasta 1978. El PBI mantuvo un débil crecimiento hasta el tercer trimestre de 1972, y posteriormente se desplomó casi un 3% en el tercer trimestre de 1973. El ingreso per cápita real se desplomó un 4,4% en el mismo período. El programa que se proponía “desarrollar” el país había sido un fracaso estrepitoso.
El cepo cambiario y el atraso real de la paridad oficial con el dólar, que se mantuvo relativamente fija entre noviembre de 1970 y abril de 1973 (con ligeras devaluaciones puntuales), provocó una galopante crisis de balanza de pagos que hacía imposible el uso de divisas para afrontar importaciones básicas con las cuales poder sostener el nivel de actividad y atender a la población (como por ejemplo los insumos médicos).
Completamente aislado en una crisis humanitaria sin precedentes, luego de que sus socios en la Democracia Cristiana le soltaran la mano, y con una Unión Soviética debilitada por la política exterior de Nixon en Estados Unidos, Allende intentó romper con el Congreso.
El 23 de agosto de 1973, el Congreso lanzó un comunicado oficial que declaraba el “grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la república”, punto donde muchas personas aseguran que fue el verdadero momento donde Chile perdió la democracia ese año, en manos del Partido Socialista de Chile.
Dos semanas después, las Fuerzas Armadas tomaron control del Gobierno, con el apoyo de la oposición y de una gran parte de la sociedad, que pedía en las calles un cambio de mandato dado que vivía aplacada por grupos parapoliciales (guerrilleros comunistas entrenados por los soviéticos).
Durante su mandato, Allende impulsó la persecución a la prensa libre, encarceló opositores, instaló la confiscación masiva de empresas, expropió gran parte de los campos y se apropió de miles de inmuebles en todo el país. La gente en esa época no vio el golpe de Estado de Pinochet como un golpe a la democracia y a la república, porque en sus ojos éstas ya habían sido arrebatadas por Allende.
Al momento que llegó la Junta Militar, el experimento socialista dejaba desabastecimiento total de productos básicos como la leche, los alimentos y los medicamentos, cortes de luz masivos, recesión, hiperinflación, proliferación de mercados negros, caos social y violencia guerrillera en las calles.
Le tomó varios años al gobierno militar para poner la economía del país en orden, pero afortunadamente, a pesar de su perfil represivo en lo social, económicamente fue uno de los gobiernos más liberales de la región y de la historia del país. Pocos años después Chile estaba creciendo nuevamente, la inflación no existía más, los campos habían retornado a sus dueños, la producción de cobre estaba en máximos históricos y la pobreza se había reducido a la mitad. Se pasó de desabastecimiento a abundancia.
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