Aseguran que se reduce producción de papa en el Táchira a niveles alarmantes

Diversos factores inciden en la drástica disminución de la producción de papa en el Táchira, estado que surte no solo sus mercados naturales, sino que también cubre otras plazas en el centro del país.

Los trabajadores del campo acusan la falta de semilla certificada, el aumento de los costos de producción, la escasez de insumos y fertilizantes, la hiperinflación, y la ausencia de políticas agrícolas acordes a la realidad del país.

“En diciembre del año pasado, la papa estaba alrededor de cincuenta dólares el saco de sesenta kilos y en estos momentos el precio está en sesenta dólares, estamos hablando de un incremento entre un 12 y 15 por ciento; hay muchos factores que inciden en el aumento. La hiperinflación que afecta al país conlleva elevar considerablemente el precio de los alimentos que van a la mesa de los venezolanos”.

Gersy Sánchez, productor de tradición y exdirectivo de la Asociación de Productores de Papa, Asopropapa, habla de la situación que, al igual que él, enfrentan quienes se dedican a cultivar la tierra en la zona andina.

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“Los rendimientos para el productor son muy bajos, sembrar una hectárea tiene un costo de nueve mil dólares y una producción entre doce y quince toneladas, el costo del kilo casi está en 80 centavos de dólar. Recordemos que en los páramos por arriba de los 2 mil quinientos metros, se invierten seis meses de trabajo para producir cinco mil dólares por hectárea”.

Entre las diversas variables que enumera como perjudiciales para el mercado, está que desde el año 2013 los insumos desaparecieron; con los que trabajan en la zona son traídos desde Colombia, por lo que son extremadamente costosos. “Aquí se produce un poquito de urea y los fertilizantes fórmula completa no se encuentran en Pequiven”.

“La papa traída de Colombia había mantenido el precio de los cincuenta dólares, pero como todos sabemos, este producto del vecino país subió mucho, lo que originó que no llegara en cantidad a los mercados tachirenses, y en gran parte el aumento de precio al detal se debe a esa situación”.

Considera que lo que actualmente se cobra es costoso para el consumidor, pues en Caracas un kilo ha llegado a dos dólares; el problema radica en que los productores también padecen por los aumentos: “Debemos adquirir la semilla certificada a un alto precio, debido la escasez que hay en el país, porque desde el 2014 se suspendió la importación que se hacía de Canadá”.

“La expropiación de Agroisleña, en 2010, afectó sobremanera, y en 2014 se acabaron los insumos de Agropatria, con perjuicio para el sector agrícola. La zanahoria no tarda en disparar su precio también debido a que en este momento no hay semilla en Venezuela, ni en Colombia que era de donde nos proveíamos”.

Sector productivo

“La parroquia Juan Pablo Peñaloza, en el municipio Uribante, lo que popularmente llamamos Valle Plateado, era el sector de mayor producción en el Táchira. Allí se producía el 30 por ciento de papa y zanahoria del estado; en estos momentos apenas se siembra un 10 por ciento”.

Gersy Sánchez forma parte de estos productores de Valle Plateado; donde muchos no pudieron superar las dificultades y dejaron de cultivar papa o cambiaron hacia rubros menos costosos.

“Cuando se dispararon los costos una gran parte de los agricultores de los valles altos y los páramos dejaron de producir papa o cambiaron a otros rubros. En mi caso, tenía quince años sembrando diez hectáreas, y en los dos últimos años, debido a los costos y a la falta de recursos, solo siembro tres. La mayoría de los agricultores están pasando por esta situación, hay algunos que todavía tratamos de mantenernos, pero otros quedaron sin nada”.

Los grandes productores sembraban cien y hasta 200 hectáreas de papa, ahora la cifra se redujo a 10 o 15; se perdió una superficie de siembra de alrededor  del 70 por ciento.

“El caso de la papa es muy triste; a nivel del centro dos dólares es muy alto, y los números a nosotros tampoco nos favorecen, porque cada día nuestro poder adquisitivo de insumos es menor, al no tener semilla certificada nuestro rendimiento disminuye. lo que ganamos es un veinte por ciento en seis meses de trabajo que compartimos con nuestros medieros”.

Con ese margen de ganancia las probabilidades de no poder realizar un nuevo ciclo son muy altas. Esa es la realidad de cientos de productores; deben disminuir la superficie de siembra porque el margen de ganancia no les da para mantener el número de hectáreas.

Todo esto influye en el aumento del precio final; debido a que el poder adquisitivo del venezolano ha disminuido mucho, se compensa por la poca producción; pero si existiera un poder adquisitivo alto como anteriormente, lo que se produce no alcanzaría para cubrir los mercados internos.

“Si en los mercados el precio al detal ha aumentado en un 30 por ciento, se refleja en que el incremento a puerta de finca es del 15 por ciento y otro 15 por ciento en la cadena de comercialización, sobre todo por el costo del combustible y mantenimiento de los vehículos que realizan el traslado.

En en el caso de los comercios establecidos, éstos deben sumar los gastos que les genera el establecimiento, así como en algunos casos el pago de personal y otros egresos necesarios.

“Las malas políticas agrícolas para el sector papero, que es el cuarto rubro en importancia en el contexto nacional, y para todo el sector, ya se manifiestan; lo anunciamos hace siete años, pedimos ayuda para evitar la escasez y ese momento está llegando”.

Es urgente atender el sector productivo del país. Desde allí se provee el alimento para los venezolanos. Una labor prioritaria de vida y progreso que no puede quedar desasistida.

Nota de La Nación.

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