Alejandro Javier Marín, tanto volar para aterrizar en la cárcel
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Relaciones sospechosas
El perfil de los clientes que muy pronto tuvo My Jet Saver podría explicar ese meteórico ascenso. Según documentos de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés), su cartera de clientes incluyó a Abelardo De La Espriella, ex abogado de Alex Saab, el presunto testaferro de Nicolás Maduro y principal proveedor para su gobierno, que se encuentra detenido en Cabo Verde en espera de una decisión para la solicitud de extradición presentada por Washington. En 2017, De La Espriella cedió a Marín su avión Falcon 50 siglas N504JS -alegando que fue producto del pago de una deuda de un cliente- para que Marín lo administrara y lo volara. Sus fotos inundan la red social de la empresa en Instagram. Para ese año también resaltó entre sus clientes el empresario venezolano José Manuel González Testino, acusado actualmente por el gobierno de Estados Unidos por delitos de corrupción, lavado de dinero y pago de sobornos a funcionarios de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y su filial Citgo. Su avión Hawker 800 XP con siglas N820JS era otra de las aeronaves administradas por My Jet Saver. Además de estos clientes, la lista incluyó a algunos de mayor calado que suelen moverse con discreción absoluta. Camuflado por intermediarios que pedían vuelos a Venezuela, República Dominicana, Rusia y Turquía estaba encubierto Tarek El Aissami, el ex vicepresidente de Venezuela y uno de los hombres más poderosos de la autodenominada Revolución Bolivariana, actualmente a cargo del “rescate” de la petrolera estatal Pdvsa. El Aissami no sólo está sancionado por el gobierno de Estados Unidos, sino que también está en la lista de los más buscados por sus presumibles nexos con el narcotráfico. Pero este perfil no amilanó a los pilotos, quienes desafiaron la ley y las sanciones del país donde vivían para servir a ese cliente, al que se referían con alias como Tango Alfa o El Turpial, según documentos del Tribunal de Distrito Sur de Nueva York por el caso de tres pilotos que están detenidos desde el año pasado. Samark López Bello, un empresario venezolano y fugitivo de la justicia estadounidense, era otro de los clientes ocultos de este grupo de pilotos. Entre ellos era conocido como alias Sierra Lima. Desde 2017 López Bello está acusado de lavar dinero del narcotráfico y señalado como testaferro de Tareck El Aissami. Lógicamente, movilizar a personajes como El Aissami y Samark López en aviones estadounidenses no era tarea fácil. Pero los pilotos conformaron una estructura que, durante un tiempo, logró el objetivo. Marín prestaba servicios de vuelos chárter a la empresa American Charter Services LLC, que pertenece al piloto Víctor Mones, y a la empresa SVMI Solution, LLC, del piloto Alejandro Miguel León Maal. Hoy todos están tras las rejas por su vinculación con López Bello y El Aissami. La Ley contra Narcotraficantes Extranjeros, conocida como la Ley Kingpin, fue aprobada en 1999 por el Congreso estadounidense y firmada por el entonces presidente Bill Clinton y es la que enfrentan los mencionados pilotos. Se diseñó a partir de la aplicación de sanciones económicas realizada en 1995 contra el cártel colombiano de Cali y establece la imposición de sanciones en todo el mundo contra los principales narcotraficantes internacionales, sus organizaciones y las personas y entidades extranjeras que prestan apoyo a esos traficantes y sus organizaciones. Mones era el intermediario que, a través de su empresa American Charter, arrendaba dos aviones a My Jet Saver: el avión de González Testino, la aeronave Hawker 800 de siglas N820JS que en el año 2015 estaba a nombre de su empresa Agriculture Opportunities Investments y cuyo costo por hora de vuelo se presupuesta en 3.500 dólares. Y el Hawker 800A con siglas N595US, el mismo que se usó para la ayuda a los boricuas y que estuvo a nombre de My Jet Saver hasta el año 2018, que solía ser pilotado por Alejandro León Maal, según datos de la FAA. Una fuente vinculada a la empresa detalló que cuando Mones se llevaba los aviones que administraba My Jet Saver no avisaba sobre la identidad de los pasajeros y que, muchas veces, las aeronaves sobrevolaban dos semanas el territorio venezolano. La cosa cambiaba cuando los vuelos eran internacionales. Entonces sí había identificación de pasajeros y se entregaban copias de los pasaportes, de lo cual se desprende evidencia de que Samark López, luego de estar en la lista de la Ofac, fuera cliente de My Jet Saver junto con su familia. También, que la madre de El Aissami fue trasladada desde Aruba a Venezuela. En una ocasión, hasta el avión se regresó porque se quedó una maleta en la isla y volvió al país. En México, el hijo de Jorge Rodríguez Gómez usó el avión N595US para volar a Caracas a celebrar su cumpleaños. El hasta hace poco ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, general Néstor Reverol, también usó estos servicios con un viaje interno de Maracaibo a Maiquetía en noviembre de 2017. Sobre Reverol pesa una acusación de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York por recibir supuestos pagos provenientes del narcotráfico a cambio de colaborar con la importación de cocaína hacia Estados Unidos, cuando se desempeñaba como director de la Oficina Nacional Antidrogas. En 2018 fue sancionado por la Unión Europea por su papel como artífice del deterioro de la democracia del país. Los gobiernos de Estados Unidos y Canadá también le impusieron sanciones.Previous Para este reportaje se contactó en dos oportunidades a la esposa de Marín, quien era la dueña de la empresa antes de pasarla a nombre de su hija el año pasado, pero solo respondió vía whatsapp con la palabra: “Stop”. También se contactó al jefe de pilotos de My Jet Saver, John Canino y al piloto Félix Terán, quien era uno de los compañeros de Marín en sus vuelos. Ambos se negaron a dar declaraciones para Armando.info. Mones se declaró culpable el 26 de noviembre de 2019 por violar las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos contra El Aissami y Samark López al prestarle el servicio de alquiler de aviones privados de manera ilícita. Al momento de su detención no hubo quien dejara de preguntarse cómo Marín salió ileso pues su vinculación comercial con Mones era pública y notoria. Desde principios de septiembre ya hay algunas respuestas. Marín finalmente fue detenido luego de formar parte de un operativo encubierto en donde cumplía un rol de informante. Solo hay dos opciones por las que este piloto estaba en estas labores: porque se ofreció voluntariamente a cooperar con las autoridades o que lo hizo bajo presión por haber sido vinculado a alguna investigación criminal y a cambio de reducciones de penas. Hace pocos días, el pasado 28 de octubre, se registró un revés en esta historia, relacionado con la detención de Marín. El juez del Distrito Sur de Nueva York, Alvin K. Hellerstein, que lleva el caso de Victor Mones, informó a la abogada del empresario aeronáutico, Christine Chung, que su cliente estaba autorizado para retirar la declaración de culpabilidad. El juez fundamentó esta decisión asegurando que la defensa no tenía conocimiento de nuevas pruebas recabadas tras un allanamiento efectuado a las oficinas de My Jet Saver. La abogada Chung había entregado una moción al juez, asegurando que las nuevas pruebas probaban “que Marín implicó falsamente a Mones en vuelos prohibidos”, según publicó Univisión. En declaraciones a ese medio, Chung indicó que aceptará la opción ofrecida por el juez. Los fiscales federales en Manhattan informaron a la agencia Associated Press que no se oponen a que Víctor Mones retire su declaración de culpabilidad, pero se negaron a admitir que violaron las reglas que les obligan a entregar todas las pruebas exculpatorias al acusado. Por Armando.InfoPortal de Noticias con Inteligencia Artificial | [email protected]