Bolsonomics: En 3 años de gobierno y con una pandemia de por medio, Brasil está nuevamente en la senda de crecimiento
3 minutos de lecturaLa economía de Brasil registró un fuerte crecimiento del 1,17% al término del mes de julio, mientras el nivel de precios cayó un 0,7% y la actividad alcanza el nivel más alto registrado desde diciembre de 2014.
La aplicación de políticas liberales y el Consenso de Washington en Brasil vuelve a cosechar un rotundo éxito para la economía y desarrollo social. El índice de actividad económica mensual de Brasil (IBC-Br) registró un crecimiento del 1,17% solamente en el mes de julio, después de haber crecido casi un punto en el mes anterior.
Se registró un crecimiento interanual del 3,87% en comparación con el mismo mes del año pasado, y hasta el 2,09% comparando los primeros 7 meses de 2022 contra los primeros 7 meses del año pasado.
La economía opera en los niveles más altos registrados desde diciembre de 2014, la antesala de la dramática depresión económica y financiera durante el Gobierno socialista de Dilma Rousseff, la última administración del PT en el país.
Los datos efectivamente recabados por el Banco Central de Brasil y el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) superaron las expectativas de los mercados, del mismo modo en que también lo hizo el dato de crecimiento correspondiente al segundo trimestre del año en torno al 1,2%.
El repunte de la actividad mensual al término de julio anticipa un buen desempeño para el tercer trimestre del año, continuando así la tendencia alcista del segundo. Si la tendencia persiste, para fin de año la economía de Brasil estaría en condiciones de superar los niveles de actividad que tenía antes de la crisis del PT en 2014.
Desde octubre del año pasado la economía de Brasil entró en un proceso de fuerte crecimiento económico y desinflación. Entre septiembre de 2021 y julio de 2022 la actividad económica acumuló un crecimiento de 5,18%, lo cual marca el ritmo de aumento más acelerado desde 2010.
En lo que va de la administración de Jair Bolsonaro, el PBI mensual de Brasil se expandió un 4,68%. Es la tasa de crecimiento acumulada más alta de los últimos años para cualquier administración, ya que bajo el mandato de Dilma Rousseff la economía acumuló una caída del 4,5% hasta agosto de 2016, y en la presidencia de Michel Temer el PBI solo creció un 3,8%.
Al mismo tiempo en que se produce un crecimiento récord en materia de actividad, la inflación se derrumbó y el nivel de precios comenzó a mostrar deflación a partir de julio. Los precios minoristas cayeron un 0,68% en julio, y volvieron a caer hasta un 0,36% en el mes de agosto.
La inflación interanual, que aún se ve afectada por el efecto del arrastre estadístico de los meses anteriores, cayó fuertemente del 12,1% en abril hasta el 8,73% en el pasado mes de agosto.
Las políticas de oferta y la estricta disciplina fiscal impulsadas por el ministro Paulo Guedes, y la independencia del Banco Central de Brasil impulsada y firmada por Bolsonaro, sentaron las bases para el despegue económico del país y el derrumbe de la inflación.
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