El derrocamiento de Bashar al-Assad en Siria: Un aviso para los gobiernos autoritarios de América Latina
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Caracas, Venezuela – El reciente derrocamiento de Bashar al-Assad, quien gobernó Siria durante 24 años, ha generado preocupación entre los gobiernos autoritarios de América Latina, como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba. Expertos advierten que este acontecimiento resalta la “vulnerabilidad” de estos regímenes, a pesar del respaldo que reciben de potencias como Rusia e Irán, que han visto disminuidas sus capacidades para proteger a sus aliados en el Medio Oriente y más allá.
Geoff Ramsey, analista del Atlantic Council, señaló que la caída de Assad envía una señal de debilidad a los aliados latinoamericanos del régimen sirio. “Esto podría debilitar la percepción de Rusia como un garante confiable de estabilidad y apoyo político, militar y económico”, afirmó en una entrevista con la Voz de América.
Assad, quien se refugió en Rusia tras su derrocamiento, fue apoyado militarmente por Moscú desde 2015, cuando el Kremlin intervino en la guerra civil siria. Sin embargo, ni Rusia ni Irán pudieron evitar su caída, lo que, según Ramsey, refuerza la idea de que todos los gobiernos autoritarios tienen puntos débiles, independientemente de su aparente fortaleza.
La situación en Siria ha llevado a expertos a considerar que podría haber un aumento en la presión internacional sobre los gobiernos autoritarios en América Latina. Ramsey sugirió que esto podría traducirse en un endurecimiento de las sanciones económicas y un mayor aislamiento diplomático para líderes como Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel.
Tamara Taraciuk Broner, directora del programa sobre Estado de derecho en Diálogo Interamericano, opinó que el derrocamiento de Assad es un recordatorio de que “ningún dictador está a salvo eternamente”. Destacó que la caída de Assad podría hacer que colaboradores de Maduro comiencen a buscar alternativas para su futuro, especialmente si no han participado en crímenes de lesa humanidad.
La oposición venezolana ha afirmado tener pruebas de que derrotó a Maduro en las elecciones presidenciales de julio, mientras que el dirigente socialista insiste en que comenzará un tercer mandato en enero. Edmundo González, el líder opositor, ha anunciado su regreso al país para jurar como presidente.
Maduro, por su parte, ha advertido sobre la posibilidad de una guerra civil en Venezuela, similar a la de Siria, y ha instado a Estados Unidos a no apoyar tales planes. Su gobierno ha estado observando con atención los acontecimientos en Siria, deseando que el pueblo sirio resuelva sus diferencias sin injerencia externa.
Elsa Cardozo, experta en relaciones internacionales, destacó que ni Rusia ni Irán están en condiciones de sostener a un régimen como el de Assad, especialmente en un contexto de crisis como el que enfrentan actualmente. La guerra en Ucrania ha absorbido muchos recursos de Moscú, mientras que Teherán se encuentra centrado en sus propias tensiones con Israel.
Cardozo concluyó que los regímenes autoritarios, como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba, están comenzando a reconocer las limitaciones de sus aliados en momentos de crisis. “Los regímenes autoritarios también se desgastan, llegan a su límite”, afirmó, sugiriendo que la lealtad de sus colaboradores podría estar en riesgo.
El derrocamiento de Assad, por lo tanto, no solo marca un cambio en el panorama político de Siria, sino que también podría tener repercusiones significativas en la dinámica de poder en América Latina, donde los gobiernos autoritarios enfrentan un futuro incierto.
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